21 de octubre de 2009

MTV.com: Tokio Hotel son como nosotros... sólo que con mejor pelo y maquillaje






Tokio Hotel's Bill Kaulitz




A pesar de su imagen de extraterrestres, Bill Kaulitz y compañía son chicos normales, mucho más Grandes que el Sonido.

“Acabo de cumplir 20” suspira el líder Bill Kaulitz. “Soy muy viejo”.

Fue un comentario lanzado al aire durante una entrevista profesional de 55 minutos. E incluso ahora, fue una charla increíble. Porque en ese momento, el chico que lo dijo – el mismo chico que estaba cubierto en su chaqueta negra de cuero, con los guantes de medio dedo y con unos pantalones apretados a lo Jack Skellington, el mismo chico que lleva sus ojos pintados como un mapache y cuyo cabello se eleva tres pies más que su cabeza en una flamante cresta Mohawk – parece ser que no hay nada como tener la media de 20 años. Y eso es exactamente lo que un joven de 20 años diría.

Eso es importante, porque basándome en todo lo que he leído o visto sobre él, Bill Kaulitz estaba lejos de esa media de edad, incluso parecía 20 años más mayor. Su pelo parecía imposible, sus cejas inhumanas… no era de esperar asumir que él no era muy real. No creo que yo fuese el único en pensarlo, tampoco: simplemente no hacen humanos que se parezcan a él.

Pero cuando Kaulitz se sentó con el resto de sus compañeros de Tokio Hotel (su hermano gemelo Tom, el estoico bajista George Listing y el tío de la batería Gustav Schafer) para la entrevista con MTV News, aprendí que todo lo que había asumido sobre él – o la banda, da igual – era todo totalmente incorrecto. Tokio Hotel no son estrellas del rock o aliens del espacio o ángeles oscuros… ellos sin simplemente como nosotros. Sólo que tienen mejores estilistas.

Sé esto porque vi de Tokio Hotel lo que muchos fans no ven. He sido testigo de cuatro veintealgo personas (bueno, Georg tiene 22) comportándose exactamente de la manera que te esperas que lo hagan unos chicos de su edad: haciendo bromas sobre los hábitos de baño de sus compañeros, la obsesión sobre Megan Fox, trincar a ese que se pasa mucho tiempo al teléfono con su novia (de nuevo, Listing). Ellos fanfarronearon y presumieron y se pegaron a sí mismos con algunas noticias interesantes, también hicieron algún comentario obsceno ocasional, obsesiones con algunos videojuegos… fue extrañamente increíble. Delante de mis ojos, quitando a todos esos paparazzi y los fans gritando, Tokio Hotel se habían transformado en los chicos con los que había compartido una residencia de estudiantes en mi año más fresco. Los mismos chicos que te estarían dando golpes en el brazo mientras estuvieses leyendo esto ahora mismo.

Tom es el macho Alfa, el único que tiene más fans femeninas y el que tiene el más grande, ehm, ego (o eso es lo que él dice). Constantemente él se está metiendo con su pequeño (por 10 minutos) hermano, bromeando sobre la carencia de novias de Bill o sobre cómo le golpeaba en el estudio. Bill se lo toma todo muy bien, porque él es el dulce, el de bien mirar, el punto focal del grupo, y él lo sabe. Schäfer es el tío silencioso, engreído y firme, aparentemente gracioso. Y Listing, por la virtud de ser el más grande del grupo (y el único con novia), es constantemente tratado como un muñeco de trapo por los demás: él es el viejo, el tío que ya no va a las fiestas. Grossvater, como los alemanes lo llaman…

Hay una dinámica hábil en todo esto. En un poco difícil de explicar, pero suficiente para decir que sabéis de lo que estoy hablando. Porque conocéis a chicos como Tokio Hotel – habréis querido ser alguno de ellos. Detrás del maquillaje y aparte de los millones de discos vendidos, Tokio Hotel son aparentemente unos tíos normales en su veintena de años.

Porque yo ya no soy un tío de 20 años pero una vez lo fui… lo que significa que me puedo identificar con Tokio Hotel. Hubo un tiempo en el que tenía 20 años y pensé que era muy viejo. Y no hay nada peor que pensar eso, incluso cuando te das cuenta de que no es verdad. De hecho, es muy normal.

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